Gafas siempre bien cuidadas con oirvisión
Las gafas son productos diseñados y fabricados para la mejoría y protección de nuestra vista y, por ello, debemos tratarlas siempre con el mayor cuidado y atención. De esto va a depender en gran medida la durabilidad de las mismas.
Cuidados de tus gafas con los consejos de oirvisión
Las gafas no dejan de ser artículos sanitarios y por ello debemos entender que su cuidado es vital para resolver nuestra pérdida de vista, o protegernos cuando las empleamos para que no nos dañe la la luz solar, el agua o cualquier otro elemento.
El elemento principal sobre el que debemos tener especial cuidado, cuando nos estamos refiriendo a las gafas, son las lentes. También debemos conocer que las caídas son la principal causa de roturas de gafas por lo que siempre que no las estemos usando lo mejor es que se encuentren guardadas en sus respectivos estuches.
Un momento delicado es cuando las limpiamos. En oirvisión, en el momento de la adquisición de sus gafas, le vamos a indicar cómo limpiarlas de un modo seguro y efectivo, y lo único que deberá es seguir nuestros consejos. Este momento es delicado porque las ralladuras de cristales se suelen producir cuando las gafas no se limpian de un modo correcto. Hay que evitar usar productos de limpieza domésticos y únicamente emplear los que recomendamos desde nuestra óptica de la madrileña calle de Bravo Murillo 318. Hay que recordar que algunas gafas llevan algunos tratamientos en las lentes que nos obligan a prestar aún más atención, como pueden ser, por ejemplo, las lentes antirreflejos.
Las fuentes intensan de calor pueden también afectar a las lentes por lo que no es recomendable, por ejemplo, situarlas encima de estufas o por ejemplo tras los cristales del coche en días de calor extremo.
Aunque las monturas de las gafas necesitan menos cuidado ya que son la parte más dura del objeto, y la menos funcional, eso no impide que también las cuidemos. Evitar, cuando vayamos a limpiarlas, productos abrasivos es importante si queremos que se conserven en perfectas condiciones. Uno de los daños más habituales en las monturas es que se acaba rompiendo una de las varillas y eso se suele producir debido a que se quitan habitualmente tirando de una de ellas en lugar de hacerlo desde ambos lados a la vez.